Años de esfuerzo pueden terminar en nada si no se registra oportunamente una marca. Esto porque un tercero puede hacerlo por ti y echar por tierra todo lo construido.
Emprender es siempre una alternativa para quienes desean independizarse o buscar dar en el clavo a la hora de aventurarse con un nuevo negocio. Eso sí, muchos de aquellos que buscan lanzar un nuevo negocio cometen un error clave: no registrar su marca. Esto es fundamental, pues hacer este trámite es indispensable para proteger el nombre en que se invertirá dinero, energía y tiempo.
Existen distintos tipos de marcas
Estas pueden ser “figurativas”, es decir, que se distinguen por imágenes, figuras o símbolos. A su vez, están las “denominativas”, las cuales se constituyen a través de escritura, sin incorporar diseño o imágenes.
Existen las mixtas
Estas comprenden tanto símbolos, dibujos, imágenes como letras. Y, finalmente, las sonoras, compuestas de sonidos o música. El costo del trámite asciende a las tres Unidades Tributarias Mensuales (UTM) por concepto de tasas o derechos. Eso sí, la legislación nacional establece que además se debe pagar la publicación en el Diario Oficial una vez que sea realizada.
Existe una serie de restricciones para el registro de marcas
La más importante de ellas es la imposibilidad de que un nombre sea descriptivo de los productos o servicios que se ofrecen.
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Fuente: Entrepreneur