
Puedes poner tu cuenta de Facebook y tu Twitter a promover lo que haces, ganar clientes, aumentar tus ingresos y convertirte en una voz importante en tu ramo.
Hay que admitir que las redes sociales no son un reflejo fiel de la vida real y mucho de lo mejor que nos va a ocurrir a lo largo de nuestras vidas no sucederá frente a la pantalla. Sin embargo, son un canal de comunicación muy visible: a través de ellas expresamos lo que pensamos, sentimos, los temas que consideramos interesantes o lo que aspiramos a lograr personal y profesionalmente.
Con esto en mente, debemos aclarar que todo aquello que publicamos en la red afecta de una u otra forma en cómo nos perciben los demás.
Por eso empecemos, ¿Qué hacemos a diario en redes sociales que afecta nuestra marca personal?
Quejarte del trabajo
Tal vez no estás en el dream job, aquel puesto prometido o en la mejor empres; tal vez tu jefe es un perfecto cretino y no tienes con quien desahogarte en la oficina o quizá tienes a los peores socios o clientes en tu sector. No obstante, tus redes no son el lugar ideal para quejarte. Con eso solamente transmites negatividad y te conviertes en un elemento tóxico en tu negocio y lista de amigos.
En vez de eso, considera qué puedes hacer para mejorar tu entorno, tener una relación sana con tus jefes, ganarte al cliente o, si ves que eso es imposible, buscar nuevos horizontes.
Dramas personales
Todos hemos tenido a esa amiga o contacto que tiene nuevo novio y es el amor de su vida, sube mil fotos y pensamientos para después terminar con él y decir mil en contra del susodicho como si se tratara del mal encarnado. Después vuelve a tener novio y se repite el ciclo.
Tal vez esa persona considere que es lo natural en una relación, pero verlo desde las gradas no es agradable. Pregúntate quién es tu público, los que ven todo eso y tal vez no te escribirán, pero te ubicarán perfectamente por tu inestable vida amorosa.
Chistes y memes de mal gusto
Se sabe que el 85% de los usuarios en redes sociales no generan contenido, pero lo comparten intensamente. Puede llegarte a la cabeza el caso del amigo que solamente comparte videos, memes, fotos, chistes y demás para que los otros se rían, amén de las mamás y tías que te llenan la memoria del teléfono con “bendiciones” vía WhatsApp.
Vamos más allá. Esto ha pasado: ¿qué sentirías si tu jefe, un cliente, compañero de trabajo o tu profesor te mandaran chistes sexistas, clasistas, homófobos, con fotos explícitas y lenguaje altisonante? Si eres esa persona famosa en sus grupos de amigos por enviar este tipo de contenido, déjame decirte que no estás dando la mejor impresión.
No compartir lo que haces
Lo recomendable es compartir lo que haces profesionalmente: qué noticias te interesan, qué proyectos buscas iniciar, a qué eventos o congresos te interesa asistir, tal vez algún escrito que hayas hecho sobre el sector, alguna colaboración académica, un proyecto escolar, recomendaciones de libros que te cambiaron la vida. Incluso puede que halles a quienes compartan las mismas pasiones y te ayuden a crecer.
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Fuente: Entrepreneur